domingo, 8 de abril de 2012

024 - CRISTO RESUCITÓ

¡Felices Pascuas!

Hoy , 8 de Abril de 2012, la Iglesia Ortodoxa conmemora el Domingo de Ramos, pero el cristianismo occidental celebra la Pascua de Resurrección. Desde aquí saludamos a las iglesias de oriente y de occidente. Adherimos a ambas celebraciones transcribiendo un texto publicado hace cinco años, cuando los dos calendarios litúrgicos coincidieron


Copiado de “LA VOZ DEL SEÑOR” número 13, boletín dominical correspondiente al 8 de abril de 2007, Domingo de Pascua; editado por el Arzobispado de Buenos Aires y toda Argentina de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa, Patriarcado de Antioquia.


Saludo Pascual

El saludo pascual es una tradición entre los ortodoxos. San Serafín de Sarov pedía que los cristianos siempre se saludaran de esa manera. En nuestra Iglesia es costumbre que ese saludo se mantenga durante cuarenta días cada vez que nos encontramos en la Iglesia o entre nosotros mismos. Nos gustaría compartir con ustedes la fonética de éste saludo en varios idiomas:

Español: ¡Cristo resucitó! ¡Verdaderamente resucitó!

Arabe: ¡Al Masih kam! ¡Hakam Kam!

Griego: ¡Jristos anesti! ¡Alizos anesti!

Ruso: Christos Voskrese! Voistinu Voskrese!

Inglés: Christ is risen! Indeed he is risen!

Frances: Le Christ est ressuscité! Vraiment Il est ressuscité!

Portugués: Cristo ressuscitou! Verdadeiramente ressuscitou!

Quechua: Cristo causarimpunña! Ciertopuni causarimpunña!

Japonés: Harisutosu fukkatsu! Jitsu ni fukkatsu!


El Descenso al Hades
San Epifanio el Chipriota (315 – 403)

“Adán, entre los presos en el hades, escuchó los pasos del Señor que se acercaba. Inmediatamente lo reconoció y se volteó hacia los que le rodeaban desde los siglos y les dijo: “Amigos, estoy escuchando que se acerca a nosotros una persona que si fuéramos dignos de que viniera aquí estaríamos librados; si lo viéramos entre nosotros, estaríamos rescatados del hades”. Mientras Adán hablaba a los condenados con él, el Señor entró cargando el arma triunfal de la Cruz. Al verlo, Adán gritó con júbilo a todos los difuntos: “¡El Señor está con todos ustedes!”, Cristo le contestó: “también con tu espíritu.” Luego le agarró la mano, y lo elevó diciéndole: “Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos y te iluminará Cristo” (Ef 5:14). Yo soy Dios que por ti me hice tu hijo. Ahora estás conmigo tú y toda tu descendencia; con mi Poder Divino les otorgo la libertad. Digo a los encadenados: ‘salgan’, a los que están en la oscuridad: ‘revélense’, y a los que están en la tierra: ‘resuciten’. A ti, Adán, te digo: despierta de tu eterno sueño. No te hice para ser encadenado en el Hades. Levántate de entre los muertos pues Yo soy la vida de los difuntos: elévate, tú a quien hice según mi imagen. Partamos de aquí, pues estás en mí y yo en ti; por ti tomé la imagen de siervo; por ti bajé a la tierra y a las partes más bajas, Yo, que soy más Alto que los cielos. Por ti me hice un hombre que no tiene auxilio, relegado entre los muertos. Por ti, que saliste del jardín del paraíso, en un jardín fui entregado y en un huerto, crucificado”. (de la homilía de San Epifanio, obispo de Chipre, sobre el descenso triunfador de Cristo al hades, que se lee en los monasterios en el Sábado de la Luz)


Homilía Pascual de nuestro Padre entre los santos San Juan Crisóstomo

Aquél que es devoto y amante de Dios, que disfrute de esta magnifica y brillante fiesta. Aquél que es un siervo agradecido, que entre alegremente en el gozo del Señor. Aquél que está cansado en ayuno que reciba ahora el denario de recompensa. Si alguien ha trabajado desde la primera hora, que reciba su gratificación correspondiente. Si alguien ha llegado después de la tercera hora, que participe en la fiesta agradecido. Aquél que llega después de la sexta hora, que no dude: él nada pierde. Si alguien ha demorado hasta la novena hora, que se aproxime, sin vacilación. Aquél que llega en la undécima hora, que no tema a causa de su demora, porque el Señor es de gracia y de generosidad. El recibe tanto a los últimos como a los primeros. El concede descanso al que viene en la undécima hora, igual como aquél que ha trabajado desde la primera hora. El tiene misericordia del último, y satisface al primero. A aquél da, y a éste regala. El recibe las obras y acepta la intención. Honra los hechos, y alaba el empeño. Por lo tanto, entrad vosotros todos al gozo de vuestro Señor. Los primeros y los últimos, tomad vuestra recompensa. Ricos y pobres, regocijaos y alegraos juntos. Porque la mesa está llena, deleitaos de ella todos. El ternero está echado entero; que nadie se retire con hambre. Regocijaos todos del banquete de la fe. Disfrutad de todas las riquezas de la bondad. Que nadie se queje de su pobreza, porque el Reino Universal se ha manifestado. Que nadie se lamente a causa de los pecados, porque el perdón ha surgido resplandeciente del Sepulcro. Que nadie tema la muerte, porque la muerte del Salvador nos ha librado. Porque destruyó la muerte cuando ésta se apoderó de El. Aquél que descendió al infierno aniquiló al infierno; y lo hizo experimentar la amargura; cuando éste tomó su Cuerpo. Esto predijo Isaías cuando exclamó diciendo: “El hades fue amargado, cuando Te encontró abajo. Ha sido amargado, funestamente, porque ha sido destruido. Ha sido amargado porque ha sido encadenado. Recibió un Cuerpo, y he aquí que era Dios. Tomó la tierra, y encontró Cielo. Tomó lo visible, y fue vencido invisiblemente. ¿Oh muerte dónde está Tu poder? ¿Oh hades dónde está Tu victoria Cristo resucitó, y fuiste aniquilado. Cristo resucitó y fueron arrojados los demonios, Cristo resucitó y los ángeles se regocijaron. Cristo resucitó y reinó la vida. Cristo resucitó, y los sepulcros se vaciaron de los muertos. Porque Cristo habiendo resucitado de entre los muertos, fue el Primogénito de entre los muertos, a El sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

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